El Don del alma vieja
Durante mucho tiempo evité conversar conmigo misma. Díganos que durante mi niñez, parte de mi pasatiempo era jugar conmigo misma y planificar juegos donde pudiese integrar a más personas. (No, no eran amigos imaginarios. Tengo plena conciencia que hablaba conmigo misma, con eso que contenía y no sabía si exponerlo) A lo largo del tiempo, todas las acciones o ideas ha sido buscando unificar, tratar de encontrar la paz y que co-existan conmigo pero, es duro crecer entendiendo que eso es algo imposible. Todo ser humano es una pequeña guerra interna, donde nunca habrá paz. Siempre he pensado que en alguna vida pasada siempre estaba yo para mediar algo. Siempre tengo algo bajo mi manga para evitar un conflicto. Siempre la madre naturaleza me entregaba herramientas para ser feliz y hacer feliz a los demás. Hoy, durante la mañana sentí nuevamente ese llamado a jugar conmigo. Partí sin base, me vi en la cocina buscando especias y sintiendo cuales eran las indicadas. Las tocaba, miraba y algo